Además de ser una referencia en el mundo del motor en lo que a propulsión se refiere (eléctricos, híbridos o automóviles de hidrógeno), Japón vive ahora una revolución encaminada a inaugurar la conducción del futuro.
Según dijo a Efe un portavoz de Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, "la tendencia es a que los sistemas de seguridad inteligente, tanto en la carretera como en el vehículo, converjan en uno solo".
"Estas nuevas tecnologías harán que la seguridad vial en Japón gire más en torno a las infraestructuras", indicó el portavoz del primer fabricante mundial de automóviles.
Japón es en la actualidad uno de los países con la red viaria más moderna del mundo, en la que la autovías atraviesan sus principales ciudades a decenas de metros de altura, entre rascacielos y vías ferroviarias, a lo que se suman sistemas dedicados a informar sobre atascos y accidentes con gran precisión.
Gestionar millones de automóviles a diario y reducir las cifras de siniestralidad es uno de los principales objetivos del Gobierno y los fabricantes de automóviles nipones, algo para lo que el sector de la automoción destina gran parte de sus inversiones en Investigación y Desarrollo.
La mejora de las ventas y de la movilidad relacionada al automóvil es una de las razones por la que la industria automovilística es, junto con la de telecomunicaciones, la que más gasta en inversión I+D en todo el sector manufacturero japonés.
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